Siempre he pensado que no se necesita viajar a través del mundo para maravillarte, en mi caso por ejemplo, siempre he adorado hablar con las personas, especialmente aquellas que a simple vista pareciese que no tienen nada que decir. La verdad es que detrás de cada ser humano hay una historia; esas historias que te hacen reír otras que te hacen llorar o las que simplemente te enseñan a valorar tu presente. Hace ya unos meses conocí a alguien que me cautivó con sus sencillez: así tal cual me gustan las personas, trabajando en Fiesta del Libro él ya es todo un personaje. Yo estaba sentada atendiendo a alguien y él se acercó con una bolsa llena de lo que parecía basura, lo que en realidad era nada más que publicidad que recogía para regalarle a la gente: periódicos, volantes, separadores de libro "Cómo está Señorita, vea le regalo estas cositas para que se ventee este calor, llévele a la mamá y la familia" su voz tan particular me llamó la atención, sumamente educado me hablaba entre los pocos dientes que tenía, apenas dejó ver su sencillez comencé a preguntarle por su vida.
Este es Angel de 54 años, vive en el barrio El Bosque de Medellín, anémico y con la vista bastante reducida se recorre gran parte de la Ciudad asistiendo a los eventos que pueda ingresar, recoge revistas, periódicos, bombas y todo lo que le den.
Más que hablar con personas como Angel es conocer de qué manera piensan, cómo llegaron a donde están, qué sueños tienen. Le pregunto entonces; - ¿Angel usted qué sueños tiene? "Mi sueño es aliviarme y colaborarle a la niñez, sobre todo sacar gente de los combos y la delincuencia". Me dice con mucho recato pero sin pena que tiene un hijo que está en la cárcel y que no se siente para nada orgulloso de eso, pues no desea que los jóvenes de ahora tomen ese camino, hace tanto énfasis en que se debe ser honesto y luchar por las cosas, es entonces cuando me doy cuenta de que nos quejamos tanto por la manera en la que vivimos, las cosas que nos hacen falta, que si engordamos que si compramos, la apariencia va más allá de lo que se desea. Este humilde señor pero de pensamientos profundos y palabras concretas me hace reflexionar sobre el ejemplo que le damos a nuestros hijos, de qué manera estamos contribuyendo a que sean personas líderes, a que persigan sus sueños a pesar de los obstáculos.
Pocas personas reconocen o aceptan abiertamente que confían en Dios; Angel dice que hay que aconsejar a la gente para que se le entregue Dios quien es finalmente el que nos ayuda "yo me acuesto con Dios, me levanto con Dios y ando con Dios".
Hablando de la juventud, "hay que aconsejar a las niñas para que no caigan en la trampa, ven una moto y dicen 'este es el mío' pero en cambio ven una persona como uno y lo escupen". Dice que la escuela hoy en día alcahuetea más que enseñar, llegan niñas embarazadas, con armas y que la violencia se presenta por cualquier motivo pero que eso se ve más que todo acá en Colombia porque en Estados Unidos o Inglaterra no.
Con Angel se podía hablar de todo un poco, como en este olvidado Blog; hasta se quejó de la falta de oportunidades que tenemos los jóvenes profesionales y de este tema ni qué decir. El dice que todas las empresas deberían contratar a las personas por dos años, que si durante ese tiempo no cumple las expectativas entonces ya sí lo pueden echar pero que de lo contrario hay que dejar que la gente trabaje.
De tantas palabras que cruzamos, ésas fueron las más relevantes. Una persona humilde y enferma pero que no ha dejado de salir ni un solo día a buscar qué comer.




